domenica 4 giugno 2017

El ciudadano ilustre - Gastón Duprat, Mariano Cohn

un premio Nobel della Letteratura torna al paesetto d'origine dopo 40 anni d'assenza, per essere omaggiato, le origini, le radici...
Salas, il villaggio, è un microcosmo che El Ciudadano Ilustre non riconosce, una ragnatela che ti intrappola.
e succedono tante piccole grandi cose, fino alle estreme conseguenze.
si inizia ridendo, sull'orlo del vulcano che sembra addormentato.
gran film, merita molto, e anche di più - Ismaele







El ciudadano ilustre si apre sulla reazione polemica del protagonista nel contesto ufficialissimo della consegna del premio Nobel e strappa subito un sorriso, facendo pensare alla boutade, ad una sequenza d'apertura scritta per essere efficace e spiazzante in modo ironico. Non è così. Non è una boutade. Il resto del film conferma non solo l'ottimo livello della scrittura e dell'umorismo messo in campo, ma soprattutto una generale intelligenza del film, emotiva e intellettuale, che è la sua migliore eredità. 
Duprat e Cohen, coppia creativa, costruiscono una loro "strategia del ragno" su un tema politicamente scomodo e indelicato quale il divario culturale tra il personaggio di Mantovani e i tanti compaesani dai quali ha preso a suo tempo le distanze, e lo fanno con lo strumento della commedia, anche esilarante, ma che non diventa mai presa in giro. Non lo diventa perché quella fotografata, con una misura chirurgica, davvero ammirabile, non è un'esagerazione, bensì un ritratto veritiero. Il camion dei pompieri, la reginetta di bellezza, il concorso di pittura, l'esaltazione della grigliata, il filmato in powerpoint, così come la trasmissione radiofonica, ci fanno morire dal ridere ma nessuno di noi potrebbe negare che sono cose che accadono, e nemmeno gonfiate (l'unica estremizzazione, a fini drammaturgici, è quella del Nobel). Ugualmente, nel ritratto del protagonista, non c'è alcun ridimensionamento di servizio: quel che i registi gli fanno dire, l'accento posto sulla distinzione tra autobiografia e finzione, è materia seria e plausibile, senza sconti. Perché quello è il punto, e loro hanno trovato la giusta misura…

Sin embargo, lo que hace de El ciudadano ilustre una película realmente interesante es su habilidad para cargar contra toda la negatividad y la ira que lleva por dentro el ser humano sin que por ello tenga que pagar el peaje de resultar cargante. No, la cinta de Cohn y Duprat goza de una gracilidad notable, consiguiendo que los segundos transcurran como minutos mientras contemplamos las andanzas del protagonista en un territorio intrigante. Porque, en efecto, uno de los puntos fuertes de la cinta es el de plasmar el pueblo de manera que el espectador nunca esté seguro de lo que va a venir a continuación. Como en todos estos sitios, la cercanía que despiertan algunos ciudadanos contrasta con el rechazo a lo foráneo que muestran otros, pero ni siquiera los citados en primer lugar tienen una actitud fácil de prever. Esta sensación de intriga, que irá tomando forma conforme avance la película, quizá sea el máximo acierto del film…

…Y es que El Ciudadano Ilustre tiene uno de esos guiones que todo cinéfilo ansía encontrarse, brillante y redondo, con diálogos inteligentes y punzantes, con una descripción certera de personajes y situaciones, manejando con pericia el equilibrio existente entre la comedia absurda, esa que suele basarse en el gag visual imprevisible, con la profundidad temática que transciende el subtexto, con un transfondo que contiene varias capas y reflexiones severas sobre la vida y la muerte, ya sea esta intelectual o física. 'El Ciudadano Ilustre' cuenta el regreso a su pueblo natal del hijo pródigo, un afamado escritor galardonado con el Premio Nobel de Literatura, pero que después de ser recibido como un héroe, pronto pasará a convertirse en el villano al emerger las envidias, viejas rencillas y reproches que llevan acumulándose en el interior de todos durante los años de su ausencia en el pueblo...

El ciudadano ilustre es tan real que asusta. Todo lo que acontece puede ser cierto. Hay intendentes que se exceden en sus obligaciones, matones que campan a sus anchas, antiguas amistades como Antonio que ven amenazada su familia y que reaccionan ante lo que viene del exterior con furia y violencia temiendo que se la lleven lejos.
Esta comedia dramática recuerda a todos esos films en los que un rico personaje, ilustre o no, visita a un pueblo y al final decide quedarse allí encantado con su nueva vida. Este no es el caso, casi nadie le quiere paseando por sus calles. En su breve camino al destierro comprobará como muchos aceptarían con gusto apretar el gatillo de la escopeta que lo apuntará esa noche, cómplices de una venganza que comenzó a gestarse justo en el momento en el que Daniel orgulloso rehusó sus invitaciones o se opuso a sus deseos. Ni Irene, ni el joven escritor, ni la groupie que lo persigue y acosa en la soledad de su habitación podrán conseguir evitar lo inevitable. Se convertirán en nuevos personajes inmortales de un cuento argentino que nacen, viven y seguramente morirán en el mismo lugar, el mismo sitio del que consiguió escapar Daniel.

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